
Por: Rubén González V. Head Hunter en Menahel Consulting
Mucho se especula sobre que buscamos cuando reclutamos. Sin entrar en la eterna discusión de nuestra (in)competencia para saber si alguien va a funcionar en tal o cual cargo, he aquí 3 señales clave (Excelencia, Colaboración y Deseo) que en lo personal me han permitido darme cuenta cuando estoy frente al candidato/a ideal. Cada cliente y cada cargo tiene muchos requerimientos específicos, tampoco pretendo que esta mínima lista anule el sin fin de detalles que debemos chequear en un proceso, pero creo es una guía clara de algunas señales promisorias que yo veo en un profesional top.
- Profesionales enfocados en ser excelentes.
Si bien es cierto el CV importa (créeme, una buena hoja de vida puede hacer la diferencia, sobre todo de cara al cliente), es más clave para mí que el candidato me demuestre en la práctica su constante progreso en el campo que eligió. No basta escribir en el CV cada curso o Magister que ha ido tomando, sino que articule en su relato el estar en un continuo aprendizaje, con una mente activa, creativa, enfocado en los desafíos, transmitiendo el “¿cómo puedo solucionar/aportar/crear valor?” en vez de “esto es imposible”. No hay nada más decepcionante que tener en frente a alguien que te da 24 justificaciones de porque lo que el cliente espera es imposible de hacer. De ser así, no estaríamos en búsqueda de nadie para ningún trabajo. A mi parecer, una señal de excelencia es enfocarse en la solución y no en el problema.
- Profesionales enfocados en colaborar y nutrir a su entorno.
No significa ser el amigo de todo el mundo, ni el líder natural del equipo, ni el alma de todos los momentos recreativos de la compañía. Incluso si el trabajo es estar sentado frente a una pantalla y lidiando con gráficos y cifras todo el día, lo que espero encontrar es a alguien que desde su lugar nutra de soluciones y energía positiva a quienes le rodean, que no construya barreras frente a los demás y que logre participar del ecosistema laboral de una manera armoniosa. Recuerda, no es el carácter, no importa ser extrovertido o introvertido, tener muchos o pocos amigos, es la actitud hacia los demás lo que marca la diferencia entre una persona en la cual se puede confiar o es mejor arrancar.
- Profesionales enfocados en el deseo y no en la necesidad.
Me refiero a que es perfectamente legítimo que un cambio profesional responda a necesidades de toda índole, desde el crecimiento profesional, una mejor renta, un mejor equilibrio vida/trabajo y un sinfín de aspiraciones que todos tenemos cuando nos enfrentamos a la búsqueda de nuevos desafíos. Sin embargo, esto no es suficiente. ¿Por qué? Porque no es diferenciador. TODOS tenemos necesidades, todos mis candidatos/as necesitan el trabajo, o algunos incluso sufren por aspectos relevantes para su carrera, para algunos es el drama del desempleo, para otros es un jefe insoportable, para otros una renta no satisfactoria, etc. Hablar solamente desde la necesidad y peor aún desde la queja sobre el presente no otorga ningún plus, no resalta una oferta de valor ni me da una gran razón para elegirlo sobre el resto. No hay nada mejor que ver en nuestros postulantes el deseo genuino de obtener “este trabajo”, de quedarse en “esta empresa” y transmitir que es el desafío en sí mismo el que genera una adrenalina o al menos un interés suficiente que le permita a nuestros clientes ver en ellos una real oportunidad de colaboración y crecimiento mutuo.
Recapitulando…
Como dije al comienzo de este artículo, no pretendo que estas son las únicas cosas que busco o que solamente considere a quienes sean impresionantes en cada punto. Sin embargo, cada vez que veo estos 3 elementos genuinamente reflejados (no basta con que me lo digas, en general son cosas que la gente transmite de muchas maneras) creo estar en frente de alguien con altas probabilidades de quedarse con el puesto.
Éxito!