Por Rubén González V.
Head Hunter en Menahel Consulting
El aislamiento pone en relieve el valor de compartir, lo energizante que es el contacto con otras personas y la importancia de comunicarnos efectivamente. Si bien es cierto muchas herramientas tecnológicas mitigan el impacto del confinamiento, simplemente hay cosas que no podemos hacer de manera individual.
Por lo mismo en cualquier plan profesional debemos tener presente incluir a otros en nuestro propósito. Los propósitos se vuelven más poderosos, significativos y con una probabilidad más alta de éxito, simplemente porque estamos conectando también con los deseos y anhelos más personas que nosotros como individuos.
Podríamos partir por preguntarnos si nuestra definición de éxito profesional/emprendedor incluye a otras personas. ¿Incluye mi propio éxito a mi esposa/o e hijos? (más allá del pago de cuentas), ¿Está mi familia feliz por las mismas cosas que yo estoy feliz? ¿Beneficio de manera directa a mi entorno? (barrio, comunidad, sociedad en general) ¿Hay algún bien social que se potencia con mi éxito profesional o en los negocios? ¿Perciben los otros ese bienestar que digo entregar de manera clara o es solo un discurso que los demás no creen? ¿Cuánta gente depende de mi propio éxito profesional y/o empresarial? ¿A cuanta gente le comienza a ir bien en la vida cuando a mí me va bien?
En la medida que comprendemos que nuestras acciones e inacciones impactan a los demás, es más claro desarrollar planes de vida que no solamente mejoren nuestro “pasar” sino que dejen una huella positiva en las personas a nuestro alrededor.
En términos profesionales, si tienes trabajo, pregúntate si tu gestión impacta positivamente a tus compañeros de trabajo, si les facilitas su propio trabajo, si la interacción contigo es positiva, o si generas envidia y resentimiento en los demás, cuando a ti te va bien. No digo que esto último sea exclusiva culpa tuya, pero indica, que algo no anda bien. ¿Te consideras un profesional querido o al menos estimado por los demás?
Si estás buscando trabajo, puedes hacer el mismo ejercicio de manera proactiva de antemano y buscar reforzar donde creas estás más débil. Cuando los planes solo te incluyen a ti, dejas pasar la sinergia que podrías encontrar en tu familia, tus amigos, la gente que te aprecia y que sin duda estarían igual de felices en que a ti te vaya bien. En la medida que reforzamos un deseo que además es compartido por otros, nuestros planes adquieren más fuerza hasta convertirse en realidad.