Por Rubén González V.
Head Hunter en Menahel Consulting
Deja de lado el Covid 19 por un momento. Más allá de lo que está pasando a nuestro alrededor, si quieres salir de esto, haz el ejercicio de volver mentalmente al 9 de enero 2020 (día antes del primer caso oficial en China de la pandemia) y pregúntate hacia donde ibas ese día. ¿Tenías claro que querías lograr?, ¿Que querías hacer?, ¿Eras consciente de quienes te acompañarían en el trayecto? ¿A quienes ibas a beneficiar con tu ímpetu productivo? ¿Tenías en mente algo más que enriquecerte si te hubieran ofrecido el mejor sueldo de tu vida o hubieses cerrado el mejor contrato de tu compañía? ¿Había alguna causa benéfica o razón trascendente más allá del día a día, y las posibilidades de tu dinero en el Stock Market que te motivaran a levantarte y cambiar tu vida y la de los tuyos para mejor?
Es probable que si no estabas tan claro en eso, la pandemia simplemente incrementó exponencialmente (palabra muy de moda) tu propia incertidumbre y falta de ímpetu. Suele ser que el entorno simplemente amplifica lo que llevamos dentro, y claramente es más difícil cambiar de switch con viento en contra y un mundo en angustia.
Pero bueno, no es momento de lamentarse, si estás mas down que up, con más miedo que deseos, ya vimos en la entrega anterior que el camino es solo hacia adelante, ya sea seguir buscando trabajo, relanzar tu negocio y/o potenciar alguna causa benéfica.
Te propongo que vuelvas a tomar un papel y lápiz y escribas simplemente lo que se supone era tu vida antes del Covid 19 y responde para ti mismo/a estas preguntas.
¿Qué quieres?, (ojo, no es lo mismo responder a «que necesitas») ¿A quiénes vas a beneficiar con tu éxito?, ¿cuál el valor que de todas maneras solo tú puedes entregarle al mundo? ¿Cuál es tu definición de éxito? ¿Es solo económica? ¿Agradeciste hoy por estar vivo, moverte, respirar, estar sano y tener a tu familia cerca? No quiero que fabriques las típicas respuestas de las entrevistas de selección de personal, ni que improvises el mismo set fortalezas y debilidades para surfear al psicólogo de turno. Simplemente porque tal vez en este momento no tienes a ningún Head Hunter en frente tuyo al que tengas que convencer. Convéncete a ti mismo primero de tus poderosas y reales razones para impactar tu mundo y el de los demás para mejor. Por ejemplo: No basta que te digas «quiero seguir aprendiendo» (respuesta típica en las entrevistas de selección de personal) tienes que tener claro, que quieres seguir aprendiendo, para que, cuando, como, que tengo a mano para empezar HOY. Mientras más específico, es mucho más fácil ser sincero contigo mismo y modelar lo que realmente quieres. Si prefieres dejarlo para mañana, probablemente no lo quieres tanto como dices.
Víctor Frankl, en su libro, “El hombre en búsqueda del Sentido” describe que supo encontrar un factor común a todos los sobrevivientes del Holocausto que él entrevistó. Siempre encontró que cada uno tenía una poderosa razón para seguir viviendo luego de esa terrible experiencia. No importaba la edad, género, la contextura, la situación social previa de los implicados. Lo que vio es que mientras más claro podían visualizar un futuro y más se apegaban emocionalmente a ese futuro, más posibilidades tenían de salir de ahí.
Situaciones como estas obligan a muchos rediseñar la vida, apegarnos a valores trascendentes y revitalizar nuestros grandes anhelos. Las circunstancias suelen seguir al deseo, y no al revés.