Por Rubén González V.
Head Hunter en Menahel Consulting
Si soñaste con evitar largos tacos y smog para ir al trabajo, no tener a tu jefe respirándote en la oreja, organizar tu propio tiempo, comer libremente en el lugar de trabajo, poner la música que a ti te gusta, vestirte como te dé la gana y no marcar tarjeta… tus deseos se han cumplido, bienvenido al teletrabajo! libertad, flexibilidad, trabajar por objetivos al 100% y mucho más.
Ahora bien, si tu mente está conectada todo el día al whatsapp/gestor de tareas/ERP, si informática te avisa que te habilitó acceso a una nueva plataforma, si te inundan los pedidos urgentes a cualquier hora, si no puedes concentrarte, si tu jefe está más presente que nunca, si YouTube te quitó 2 horas para trabajar ese día, si el despertador suena más lejano cada mañana… el lado B de tus deseos también se ha cumplido, bienvenido al teletrabajo…
¿Como manejar esta realidad que llegó abruptamente a nuestras vidas?, he aquí algunos tips:
Adecua un lugar para trabajar
Tu mente busca límites, le encanta etiquetar datos, y de sopetón no sabe cómo etiquetar tu nuevo espacio de trabajo, no sabe si es tu living, tu dormitorio, tu jardín, tu oficina o tu cocina, y como tal, esa confusión, impide que asocie el lugar con la predisposición correcta y la emoción adecuada de forma constante, gastando demasiada energía en entender el nuevo entorno. Define un lugar fijo para trabajar, elimina los estímulos que vayan en contra de ese objetivo, limpia, bota los papeles sobrantes, elige un lugar luminoso y ventilado, y si hay ruido circundante, usa tapones de oídos!. En la medida que estabilices el entorno, tu mente dejará de luchar por categorizar el espacio y podrás concentrarte mejor.
Establece una rutina personal
Más del 95% de las cosas que hacemos son rutinas. Este abrupto cambio rompió las rutinas de años. Reconstruye un ritual de trabajo que comience a la misma hora todos los días, con un horario para el café, para almorzar, para estirarte, conversar con tu familia y para descansar después de ciertos objetivos. Mientras más temprano comiences en la mañana es mejor, aprovechas mejor la luz, el calor molesta menos. Define tu ropa para trabajar, esto te ahorra pensar en el tema cada mañana, también te estabiliza y te pone en modo trabajo durante la jornada.
Pon atención a tu cuerpo
“Mente sana en cuerpo sano”, es tan cliché como real. El cerebro funciona mejor cuando respiras mejor. Date espacios para una rutina diaria de ejercicios livianos, que te permita estirar la espalda, el cuello, las manos, mover las piernas. Practica técnicas de respiración profunda por lo menos una vez al día. Toma suficiente agua y evita los endulzantes artificiales, azucares y alimentos procesados, de paso evitas deprimirte, ya que un cuerpo activo y enérgico genera endorfinas. Privilegia las comidas livianas que te provean energía y no te aletarguen. Los científicos dicen que el cerebro usa el 20% de la energía corporal, aún cuando su masa no es superior al 2% de todo tu cuerpo, por lo tanto es clave alimentarte bien para funcionar mejor durante la jornada.
Con estos simples consejos, puedes aumentar notoriamente la calidad de tu jornada laboral y de vida en general, no solo en tiempos como estos sino de manera permanente.
Éxito!